Yo soy feliz: 

En mi opinión, la felicidad es sin duda una convicción, independiente de lo que nos pase. No depende si es fin de semana o si me dieron un aumento o si me resultó algo que llevaba tiempo esperando. No podemos condicionar el ser felices dependiendo de lo que me pasa o de lo que tengo. No importa si tu día ha sido un fracaso y recién son las nueve de la mañana. Uno es feliz porque quiere, es una decisión.

Si buscamos la definición de felicidad en el diccionario, en la mayoría de los casos nos aparece definida como un estado del ánimo que se complace en la posesión de un bien. También se define como satisfacción, gusto o contento.

Si lo analizamos, pareciera que la felicidad es producto de las circunstancias. Al parecer  depende de lo que tengo y que es una emoción momentánea. ¿Cómo no vamos a tener una percepción errada de lo que es felicidad, si toda la vida nos han inculcado que no depende de nosotros sino de las circunstancias?

El concepto de felicidad es bastante amplio, pero hoy veremos una de las claves para encaminarnos a encontrar la felicidad. Ésta es dejar de ver los problemas como si fueran el fin del mundo y comenzar a verlos de un punto de vista más objetivo y positivo. Primero debemos definir qué es lo que nos hace infeliz.  Una vez que hayamos identificado el problema evaluemos si el problema en cuestión tiene solución. Si la tiene, ya sabemos que depende de nosotros. Ahora, y ¿si no tiene solución a corto plazo?

Veamos el caso de Ana. Ana tiene una vida común y corriente. Es felizmente casada con 2 hijos. Hasta ahí la historia va bien, pero lo que le quita el sueño a Ana es que todavía viven en la casa de su suegra. Ana desearía tener casa propia y poder vivir con su familia aunque sea en un cuartito, pero solos. Sin que nadie se meta en sus cosas ni le esté diciendo todo el tiempo cómo debe hacerlas. El problema de Ana tiene solución, pero no por ahora. Ana debe pensar en los beneficios de vivir con sus suegros, por ejemplo tener quién le cuide a los niños o tener ayuda para hacer las tareas del hogar y utilizar sus energías en ahorrar para así juntar pronto el enganche de la casa.

Muchos vivimos la misma realidad que Ana. Tenemos razones para ser felices pero no lo somos. ¿Por qué? ¿Cómo logro ser feliz si el problema no lo puedo solucionar todavía? El primer y gran paso es aceptarlo y aceptar que no puedes hacer nada para solucionarlo. Debo pensar que si no puedo cambiar mi realidad no saco absolutamente nada con luchar todos los días contra ella.

Cuánto tiempo perdemos pensando siempre en lo mismo, en vez de enfocar nuestras energías en vivir lo mejor posible la realidad que vivimos. Debemos orientar nuestros pensamientos y no dejar que nuestra mente se llene de problemas que no tienen solución. Concéntrate en mejorar lo que tienes, búscale el lado positivo a las cosas, vive cada día como si fuese el último. Y recuerda que nunca está más oscuro que antes de amanecer. Y como dice la canción, “Don´t worry be happy” (no te preocupes, sé feliz).