¿Qué es un emprendedor, y cómo me vuelvo uno?
Emprendedor, emprendimiento, emprendedurismo… muchos términos para un mismo significado. Durante mucho tiempo se le ha llamado emprendedor a quien tiene la habilidad y empuje para iniciar un nuevo proyecto, pero si vamos más allá veremos que el origen de la palabra emprendimiento proviene de la palabra francesa “Entrepeneur” que significa pionero, la cual define a la persona que inicia la exploración de nuevas tierras o que emprende una nueva actividad.
Si nos basamos en esta definición vemos que en realidad un emprendedor no es solamente quien crea una empresa o innove en un producto o servicio. Ser emprendedor conlleva una serie de habilidades que unidas definen la verdadera esencia de la personalidad emprendedora. Sin lugar a duda, el emprendedor es un agente de cambio, es quien nunca está contento con lo que tiene, siempre espera lograr más y desea obtener lo mejor de cada cosa que hace. ¿Cómo podemos llegar a ser emprendedores cuándo no nos sentimos aludidos por estas definiciones?
El primer paso es encontrar algo en lo que queramos emprender. Ojo, que no necesariamente estamos hablando de un negocio. Para comenzar, tu primer proyecto de emprendimiento podría ser comer sano, ir al gimnasio, levantarte más temprano, leer un libro, estudiar en la universidad, entre otros. Si queremos descubrir al emprendedor que todos llevamos dentro debemos conocernos. Básicamente es saber cuáles son nuestras fortalezas y debilidades. Tener claro de qué somos capaces y lo que tenemos que trabajar para llegar al objetivo. Esto nos ayudará a construir la confianza y seguridad necesarias para confiar y creer en nosotros mismos.
Para emprender cualquier proyecto debemos salir de la zona cómoda y esto lo logramos haciendo cada día pequeñas cosas a las que no estamos acostumbrados. Cada cambio duradero requiere un gran esfuerzo. Debemos ser exigentes con nosotros mismos para lograr nuestro objetivo.
A pesar de lo insignificante que parezca nuestro emprendimiento, es importante saber de antemano que siempre encontraremos obstáculos. Perseverar es no rendirse, no tirar la toalla ante el primer obstáculo. Indudablemente el fracaso es parte necesaria de nuestro aprendizaje. Aprende más quien se levanta, que quien nunca se cae.
La mayoría de los genios fueron tildados de locos cuando comentaban sus teorías o proyectos. Esto quiere decir que debemos estar preparados para escuchar comentarios como “No eres capaz” “¿A qué hora vas a hacerlo?” “¿Para qué?” “¿Tú te crees capaz de lograrlo?” “¿Estás seguro?” “Yo no creo que lo logres”, entre otros. Nunca dejes que la opinión de los demás se vuelva tu realidad. En conclusión, para ser emprendedores no necesitamos sacar un préstamo en el banco ni inventar el agua azucarada.
Comencemos siendo emprendedores con cosas pequeñas. El logro nos dará la convicción de crecer y de ponernos retos cada vez más grandes. Hay muchas formas de emprender, no importa cuál elijas, lo importante es comenzar. ¡Atrévete!