Piloto automático:
La rutina del día a día nos lleva a vivir literalmente en piloto automático. Estamos tan pendientes de nuestros compromisos laborales y económicos que vivimos estresados, corriendo, preocupados de llevar el pan de cada día a nuestro hogar y de alcanzar toda la estabilidad que soñamos.
Muchos de nosotros crecimos prácticamente sin ver a nuestros papás. Unos porque trabajaban todo el tiempo y otros porque simplemente nunca estuvieron allí. Si a quienes crecimos sin papá nos hubiesen hecho elegir entre un juguete y un abrazo, lo más probable es que hubiéramos elegido el abrazo.
A veces los padres cometemos el error de pensar que lo mejor que podemos darles a nuestros hijos es estabilidad económica. Incluso, es muy común escuchar decir “quiero que tenga lo que yo nunca tuve”, así que los llenamos de juguetes y le damos en el gusto en cada capricho que se les ocurra.
Quizás la razón de esto es que estamos llenado un vacío, el vacío que producimos con nuestra ausencia. Y no hablo solo de ausencia física, ya que podemos estar presentes pero nuestra mente y nuestro corazón no están allí.
El problema es cuando me enfoco en lograr su felicidad solo a través de cosas materiales. Creemos que el amor está en los objetos, en las marcas de ropa o en el nuevo juego que salió en la televisión. Sin embargo, es irónico porque creo que todos nosotros hemos visto a un niño más entretenido con una caja de cartón que con un juguete por muy bonito y sofisticado que sea.
Cuando llegamos a casa, estamos cansados, sin ganas de hablar y mucho menos con ganas de jugar. Algunas veces vamos directo a la cama a ver televisión y no tomamos en cuenta que quienes están en nuestra casa nos han estado esperando todo el día con una gran ilusión, con el anhelo de pasar un momento con nosotros.
Con esto quiero decir que trabajamos todo el día para darle lo mejor a nuestra familia y surtirla de todo lo que creemos que es importante y esencial, pero nos olvidamos de lo más importante que es pasar tiempo con ellos. Nos olvidamos de demostrarles cuánto los amamos, de hacer cosas simples pero enriquecedoras y que quizás no llenan el bolsillo pero sin duda llenan el corazón.
Conectarte con el corazón de tus hijos y darles de tu tiempo es el mejor regalo emocional que les puedes dar. Con esto no solo los harás felices, sino que además fortalecerás su autoestima y su auto confianza.
Cuando escucho a papás con hijos grandes decir que se arrepienten de no haber pasado más tiempo con ellos reacciono y digo “eso no me puede pasar a mí”, y es que el tiempo pasa tan rápido, cuando nos damos cuenta ya son adultos y lamentablemente ya no somos su prioridad.
Papá, sabemos que tu tarea de proveedor no es fácil, pero no olvides que no todo en la vida se trata de trabajar. No olvides que los trajiste al mundo para disfrutarlos, para verlos crecer y apoyarlos en cada una de las etapas de su vida.
Los objetos nos dan satisfacción en el momento, nos dan una alegría pasajera, pero después nos dejan un gran vacío en nuestro corazón. Un vídeo juego, una muñeca o un par de zapatos nunca van a reemplazar tu cariño.
No importa cuánto tiempo tengas para invertir en ellos, pero te aseguro que será la mejor inversión a plazo fijo y, por ende, el mejor negocio de tu vida.
¡Tanto si eres papá como si eres mamá y papá, te deseo un muy feliz día del padre!
¿Y tú, cuánto tiempo vas a invertir?