MISIÓN
Disney: “Creamos felicidad al brindar el más fino entretenimiento para personas de todas las edades, en cualquier lugar”. Bimbo: “Alimentar, Deleitar y Servir a nuestro mundo”.
FIFA: “Desarrollar el juego, emocionar al mundo, edificar un futuro mejor”. Google: “Organizar la información mundial para que resulte universalmente accesible y útil”. Facebook: “Darle a la gente el poder de compartir y hacer el mundo más abierto y conectado”.
Todas las afirmaciones anteriores son las misiones de estas empresas. Empresas que durante años se han destacado, cada una en su área de especialidad, pero con una característica en común: una declaración de misión clara, directa y consistente.
El propósito de la misión es definir cuál es la “razón de ser” de la empresa, con el objetivo final de que cada uno de los colaboradores de la empresa se sienta identificado y, ojalá, se logre el compromiso que toda empresa busca obtener de parte de su capital humano.
Se ha demostrado que el compromiso de los colaboradores hacia la misión es más fuerte si ellos aportan en el proceso de creación de la misma. Por esta razón, es primordial que la misión sea comunicada a toda la organización y de ser posible expuesta en lugares visibles dentro de las instalaciones.
La misión puede tener muchas características pero para ser efectiva, debe cumplir al menos con tres ámbitos fundamentales.
I. Propósito. Este es la razón de existir, el objetivo esencial de la empresa que nos distinga de otras empresas afines a la nuestra. Es sabido que soñar no cuesta nada, pero es importante que sea viable, de manera que al leerla uno pueda visualizarse en ella en ese momento y que idealmente produzca ganas de salir de la zona cómoda y de llevar a cabo todo lo que sea necesario para convertirla en una realidad.
II. Productos o servicios. Este ámbito de la misión debe definir el campo de actividad de la empresa. Es decir, en qué tipos de productos o servicios se centrará y ofrecerá al mercado. En muchos casos, son muchos los productos o servicios como para enumerarlos, pero en mi opinión, poner qué harán estos por los clientes es una buena forma de resumirlos.
III. Clientes. En este ámbito quisiera destacar que la palabra clientes es muy amplia, ya que normalmente se atribuye al cliente externo; sin embargo, nuestros colaboradores son también nuestros clientes. Ambos son necesarios y vitales para cualquier tipo de organización, independiente del giro de su negocio o su tamaño.
Hay muchas maneras de redactar una declaración de misión. A mi criterio, esta debe ser clara y concisa. Tomemos en cuenta que las premuras de nuestro estilo de vida nos han llevado a resumir la información a su mínima expresión. Si redactamos una declaración de misión muy extensa será más difícil para nuestros colaboradores el recordarla y, por ende, interiorizarla.
Busca que las palabras de la declaración de misión lleven a tu gente a querer ser mejores profesionales y utiliza la misión de tu empresa como el motor de motivación de tu equipo, logrando que se identifiquen y se comprometan a luchar codo a codo por un mismo objetivo, un mismo ideal.