HERRAR ES HUMANO

Un error lo puede cometer cualquiera. Definitivamente no es que cometamos errores a propósito, pero quizás con un poco más de cuidado los podríamos evitar.

Por ejemplo, la semana antepasada en la columna titulada “En busca del sentido” cometí un error para muchos sin importancia, pero para otros un error garrafal. Cité el nombre del libro como “El hombre sin sentido” cuando el título correcto es “El hombre en busca del sentido” por lo que aprovecho pedir las disculpas correspondientes.

Si errar no fuera parte del ser humano, quizás muchas cosas no hubiesen sido creadas.  Por ejemplo los post it fueron descubiertos debido a un error en la fabricación de un pegamento supuestamente ultra resistente, sin embargo resultó un pegamento que al ponerlo en un papel se pegaba y se despegaba casi en cualquier lugar.

De hecho, el microondas fue descubierto por error cuando se derritió el chocolate de quien experimentaba con estas ondas electromagnéticas. Nadie podría decir que un despido es positivo, pero veamos el despido de Steve Jobs de Apple: si no hubiese sido despedido, no hubiese formado parte de Pixar para luego cambiar la historia del cine.

Una de las razones por las que no nos sentimos cómodos con los errores es que tenemos miedo de las consecuencias de los mismos o de ser sancionados. Lo ideal es no tener miedo a cometer errores, porque sin duda aprenderemos de ellos, pero sí,  tomar nuestras precauciones y con riesgos controlados.

Esto no significa que debemos apostarle al error más que al acierto, ni tampoco tropezar una y otra vez con la misma piedra. Es decir, que cuando cometo un error debo proactivamente aprender de nuestros errores y continuamente preguntarnos qué fue lo que hicimos mal. Además, no podemos olvidar el evaluar a quién afectamos con nuestro error y si ofendimos o perjudicamos a alguien debemos tomar las medidas necesarias para enmendarlo.

En mi opinión, errar es parte del aprendizaje, siendo ambos necesarios para nuestro crecimiento tanto espiritual como laboral. Cuando nos enfocamos en solucionar un error, nos vemos en la necesidad de utilizar nuestra creatividad y de trabajar proactivamente en no volverlo a cometer como en solucionarlo.

Si andamos por la vida temiendo cometer un error, lo que sucederá es que preferiremos mantenernos en nuestra zona cómoda con tal de no equivocarnos. ¿Será esta una manera correcta de no errar? Definitivamente puede ser una manera “segura” de mantenernos “a salvo” pero les aseguro que se cumplirá el famoso dicho “quien no arriesga, no gana”.

Errar es parte de nuestro crecimiento, toma tus precauciones, no temas y crece.