“Una persona despistada es quien pierde la atención en lo que hace con mucha facilidad”.

Contesta “Sí” o “no” a las siguientes preguntas:

  • ¿Sueles olvidar en dónde pusiste el ticket de parqueo?
  • ¿Has regresado a tu casa porque olvidaste algo?
  • ¿Se te ha olvidado en dónde estacionas el carro?
  • ¿Has perdido u olvidado alguna vez tu celular?
  • ¿Se te ha olvidado pagar la tarjeta de crédito?
  • ¿Vas directo a un cuarto u oficina, y al llegar, olvidas para qué fuiste?

Si respondiste a la mayoría de estas preguntas con un “sí”, entonces cabes en la categoría de “despistado”.

Una persona despistada es quien pierde la atención en lo que hace con mucha facilidad. Posee una personalidad dispersa, maneja un exceso de información a su alrededor, tiene mucho que leer, tanto que pensar y sentir. Debe decodificar y analizar tanta información. Sin embargo, ser despistado no es fácil ni para la persona ni para quienes la rodean. Las consecuencias pueden varias; desde olvidar un celular hasta incendiar una casa.

Con el objetivo de evitar que estos rasgos de “personalidad dispersa” no comiencen a afectar en todas las áreas de nuestra vida, tomemos en cuenta las siguientes medidas que nos podrán mantener enfocados en lo que hagamos:

  1. Reconocer que nos cuesta, más trabajo que a otros, prestarle atención a los detalles. Debemos aceptar que nos distraemos con facilidad y estar conscientes que no es falta de inteligencia, sino falta de concentración.
  2. Hacer un check list antes de salir de casa. Por ejemplo: llaves, compu, chaqueta, lentes, etc. Intentar no salir corriendo de casa todas las mañanas, y al levantarnos de algún lugar, pasar lista mental para asegurarnos de llevar todo lo que necesitamos.
  3. Ordenar y darle un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar. Este trabalenguas es el principio básico del orden. Indudablemente, es más fácil olvidar todo cuando no sabemos dónde lo dejamos, ya que no hay un lugar específico para guardarlo. Este es el típico caso de las mujeres y sus carteras. ¡Nunca encuentran nada! Claro, cuando ves las bolsas que ocupan la mayoría de ellas, entiendes el porqué.

¿Cómo voy a encontrar algo en una bolsa que no tiene divisiones? Más parece un saco de papas que una bolsa. No crean, yo también era de las que no encontraba el ticket de parqueo o las llaves del auto, hasta que descubrí que necesitaba una cartera con divisiones: un bolsillo para las llaves y otro para el ticket, y me obligaba a ponerlos siempre en el mismo lugar, hasta que me acostumbré. Claro, ahora se me pierden otras cosas, pero por lo menos las llaves ya no. J

Haz una lista de las cosas que sueles olvidar y fíjate en qué piensas o haces para olvidarlo. Haz un recorrido mental de los pasos y te darás cuenta que la mayoría de las veces tienes alguna distracción, un pensamiento o ruido psicológico que te imposibilita enfocarte.

Hay un tip para esto, y es el de cambiarse el anillo de dedo para acordarte que debías hacer algo. Una vez lo hice. ¡No logré acordarme de lo que tenía que recordar! Por ello, creo que es mejor anotar. Agenda las citas y los recordatorios. Si prefieres lo digital, hay muchas aplicaciones (como Trello, Asana, Evernote, y otros)  que te pueden ayudar a llevar una lista de pendientes y enfocarte en ellos.

Si todavía amas el lápiz y el papel, el llevar una agenda o un cuaderno pequeño es ideal para anotar todo lo que debes recordar (solo acuérdate de ver la agenda).

No dejemos que el ser despistado se vuelva un rasgo de nuestra personalidad, ni que nos tilden de olvidadizos. Tenemos toda la capacidad de prestar atención a todo lo que hacemos y de entrenar nuestra mente para concentrarse en esos detalles que solemos pasar por alto.

No somos despistados, pero sí actuamos como tal. Dejamos de serlo en el momento que decidimos concentrarnos y prestar atención. La mente es poderosa… ¡entrénala!