¡Sonríe! :
Después de haber escrito “Conquista perpetua” hace algunas semanas, me quedé pensado en esta pregunta: ¿qué hacemos las mujeres en la etapa de noviazgo que dejamos de hacer en el matrimonio? Siempre que hablo de ese tema en las conferencias hago la misma pregunta, la cual genera muchas respuestas, pero ese día hubo una respuesta: una palabra. Cuando la persona dijo esa simple palabra compuesta de tan solo 6 letras se esfumó por una milésima de segundo la sonrisa de mi rostro. No pude evitar sentirme culpable ni sentirme aludida por ese comentario. Lo que más me impresionaba era que después de años de hacer la misma pregunta nunca nadie había dicho: “sonreír”.
Los segundos pasaban, sin embargo en mi mente el tiempo se había estancado. Se me venían muchas preguntas ¿por qué dejaremos de sonreír? ¿Por qué nos es tan fácil algunas veces y otras tan difícil o imposible?
Un niño puede reírse hasta 500 veces al día y los adultos, con suerte, nos reímos veinte veces en promedio. Lo irónico es que para enojarnos necesitamos mover 34 músculos y para sonreír ¡solo 7! ¿Debería ser mucho más fácil sonreír no?
Según un estudio que realizaron a más de 1500 perfiles de Facebook, las personas que tienen en su perfil una foto de ellos sonriendo reciben muchas más invitaciones de amistad que quienes no.
La risa, al igual que el llanto, es involuntario. Cuando estamos contentos nos es muy fácil sonreír, ya que tenemos razones para hacerlo; pero, ¿y cuándo no? Entonces, ¿qué debemos hacer cuando no nos nace sonreír, cuando no queremos fingir que estamos felices, porque en realidad no lo estamos?
Estuve investigando sobre esto y encontré información muy útil sobre técnicas que nos ayudarán a sonreír más seguido, a pesar de no sentir ganas de hacerlo.
1.- Actúa y ensaya
No estoy diciendo que seamos unos hipócritas, pero podemos actuar y fingir esa sonrisa hasta que la reconozcamos como natural y se vuelva parte de nosotros. Puedes también ensayarla en el espejo y ver la diferencia de tu rostro enojado comparado con la luz que irradias al sonreír. (En este momento me ven sentada en un café fingiendo mi sonrisa, pura loca, ya que mi di cuenta que cuando escribo me pongo tan seria que hasta miedo debo dar).
2.- Piensa en lo bueno
Cuando estés triste o sin ganas de sonreír, debido a que no puedes dejar de pensar en lo malo que te está sucediendo, piensa en todo lo bueno que tienes. En todas bendiciones que la vida te ha dado, como la familia, los amigos, la pareja, los hijos, o en algún recuerdo que traiga a tu rostro esa sonrisa.
3.- Negativos no
Siempre he creído que si nos rodeamos de gente triste, nos será más difícil mantener la sonrisa. Rodéate de gente alegre, de gente que ve oportunidades y no problemas.
4.- Música
Mientras escribo estas líneas el café ha puesto una canción que cantábamos con mi mejor amiga cuando estábamos en el colegio y no puedo dejar de sonreír.
Antes de terminar, quiero contarles que según los estudios las personas que sonríen se proyectan hacia los demás de manera más positiva. Se ven accesibles y amigables, además de verse más atractivas. 😉
¿Quieres conocer los beneficios que tiene en nuestra salud y en nuestras emociones sonreír? No te pierdas “Sonrisa terapéutica” el jueves 10 de septiembre, siempre en Publinews :D.