Juegos Peligrosos:
Un niño pierde cuatro dedos de una mano al manipular un petardo. Mueren dos hermanos en explosión pirotécnica por mala manipulación. Fallece en España un hombre de 68 años al explotarle un cohete de fiestas. Un muerto y un herido grave por explosión de fuegos artificiales. Accidente con fuegos artificiales deja 28 heridos en Estados Unidos. Un joven de 17 años es enviado al intensivo por reventarle un mortero en su rostro.
Cada año miles de niños y jóvenes en el mundo resultan heridos debido al uso de fuegos artificiales. Algunos de ellos tienen la suerte de contarlo. Otros tienen una señal visible de lo vivido que los acompañará durante toda su vida. Muchos otros no tuvieron, ni tendrán tanta suerte.
Los estudios reflejan que la mayoría de los accidentes son debidos al mal uso y a la dudosa procedencia de los juegos pirotécnicos, ya que muchos son fabricados de manera artesanal, no estando debidamente autorizados o legalizados. Esta es la razón por la que algunos nunca explotan, o explotan antes que comencemos a correr.
Estos “juegos”, muy populares entre los niños pequeños, los venden en todas las esquinas, muchas veces sin importar la edad de quien las compra. ¿Cómo vamos a asegurarnos entonces que nuestros seres queridos no salgan lastimados si no hay nada ni nadie que los regule? Esto me hizo pensar que por alguna sensata razón es que en muchos países del mundo la venta al público de los fuegos artificiales está prohibida y solo pueden ser manipulados por personas capacitadas.
Personalmente me considero una gran fanática de los fuegos artificiales. Me encanta ver cómo las luces de colores adornan el cielo de una noche obscura. Te dan una sensación de fiesta, sobre todo porque simbolizan una de las fechas más bonitas y alegres del año.
A pesar de esto, es increíble que nunca le demos el peso que merecen las consecuencias de jugar con fuego hasta que lo vivimos en persona. Te das cuenta del peligro en el momento en que ves a un ser al que amas hospitalizado por culpa de un mortero que le reventó en el rostro, sin haberle dado tiempo de correr. Es en ese momento que entras en razón.
Estoy consciente que a través de estas palabras no lograré que dejen de venderlos. Sin embargo, quisiera compartirles unas recomendaciones para que disminuyamos sus peligros.
– Adquiérelos de lugares que sean reconocidos y legales con el objetivo de que puedan dar garantía de su calidad.
– No dejes que los niños los manipulen. Tanto los volcancitos como las estrellitas han causado quemaduras por explosiones y daños irreparables a la vista.
– Utilízalas en espacios abiertos, lejos de las casas, objetos de madera y siempre ponlos en el piso, nunca los sostengas con las manos ni los guardes en los bolsillos.
– Utiliza una vara para prender la mecha. De esta manera no necesitarás agacharte ni acercar demasiado tu rostro.
– Antes de encenderlos, cerciórate que todos los niños estén lo suficientemente lejos.
El que juega con fuego se quema. Hagamos que nuestras fiestas de fin de año estén llenas de momentos felices, dignos de ser recordados.
Tomemos las precauciones del caso y nunca olvidemos que prevenir es mejor que lamentar.