Puntualmente

Muchos de nosotros no le damos el peso que merece la puntualidad ya que quizás no medimos el impacto que tiene la sobre las relaciones y los negocios. De hecho ésta refleja mucho más allá que solo ser puntual. Por esta razón hoy hablaremos de su importancia y de cómo el ser más puntuales nos beneficiara en muchos sentidos.

Dicen que la puntualidad se forma desde la niñez y que está directamente relacionada con la responsabilidad y otros valores de los cuales se derivan muchos otros como la formalidad, el respeto, la educación, el cumplimiento etc.  De igual manera sucede en el trabajo; si yo quiero que mi equipo llegue temprano, debo tratar de llegar a tiempo  a modo que ellos vean en mi un habito y por ende lo tomen como una cultura dentro de la empresa.

Según un estudio realizado, la mayor cantidad de gente impuntual es además irresponsable y desordenada, el cual arrojó también una serie de adjetivos tales como; irresponsable, inconsciente, irrespetuosa, imprudente, etc.. Y si lo vemos fríamente tiene lógica ya que si yo soy desorganizado obviamente me costará mucho llegar a cualquier lugar a tiempo.

El impacto que tiene la impuntualidad en las relaciones tanto personales como laborales es que se interpreta como una falta de respeto hacia el prójimo y no solo en los negocios. Si yo llego tarde a un lugar significa que no me importa si la otra persona tiene que esperar y que lo que tenga que hacer no es lo suficientemente importante. En pocas palabras nos damos el lujo de disponer del tiempo de los demás.

Lo que debemos tomar en cuenta es que nuestra impuntualidad no solo nos afecta a nosotros, sino afecta a todos quienes nos rodean. Por ejemplo. Si llego tarde a la cita del doctor no solo afecto al doctor, si no afecto también a cada una de las personas que siguen después de mi en las citas siguientes.

Además, también perdemos credibilidad. Lamentablemente nos adjudicamos la fama de llegar tarde a todos lados. la gente se refiere a nosotros como poco cumplidos  o incluso mentirosos. Decimos excusas como “no sonó el despertador, salí tarde, había tráfico, etc. Cuando sabemos perfectamente que las razones de nuestro atraso no son mas que la falta de prever el tiempo que me llevará ir de un lugar a otro.

Primero que nada debemos prever; prever el tráfico, que se me peguen las sabanas o que me demore más que de costumbre en salir de la casa u oficina y además el tiempo real que me llevará llegar a mi destino y no el que “calculo”.

Otra clave es organizar tu tiempo. Definitivamente en esto ayuda mucho una agenda, ya que muchas veces nuestros retrasos son incluso por olvidos o por no tener una lista de nuestros pendientes por lo que terminamos haciendo las cosas a última hora.

Tercero. No olvidar la primera impresión. Si ésta es la que cuenta, cómo la puntualidad no va a ser primordial para reflejar la mejor imagen de nosotros mismos

Mirémoslo de un punto de vista positivo. Cuando somos puntuales reflejamos nuestra mejor imagen; diligentes, responsables, formales, profesionales. ¿qué mas podríamos pedir?

Por esta razón no estoy de acuerdo con la famosa expresión de la “hora chapina” y que todos paguen los platos rotos por algunos. la puntualidad es una habilidad que se puede trabajar. ¿Y tu, cuándo empiezas a trabajarla?