Hace tiempo vino a nuestro país una eminencia en temas de liderazgo, conferencista internacional, autor de setenta y tres libros, cinco de ellos best seller. Me refiero a John C. Maxwell, que de más de 100 países eligió Guatemala para comenzar un proceso al que él denomina “liderazgo transformacional”.
En la conferencia dirigida a empresarios compartió diversas técnicas muy interesantes ,tanto de liderazgo como del cambio y el éxito, de las cuales estaremos hablando en las próximas semanas. Hoy quisiera destacar la metodología utilizada en esta semana.
John Maxwell y su equipo estuvieron siete días reuniéndose con las distintas áreas de influencia de nuestro país. entre ellas están: Iglesia, educación, voluntariado, empresarios, gobierno, jjusticia y educación. Estas siete áreas de influencia estuvieron reunidas con un mismo objetivo: promover el cambio a través del liderazgo de transformación.
Mientras reflexionaba sobre el enfoque metodológico de las reuniones con cada una de estas áreas, se me vino a la mente una frase “la unión hace la fuerza”. Por esta razón ,antes de compartirles las técnicas de liderazgo, quise escribir sobre lo importante que es el unir nuestros esfuerzos con un objetivo en común, transformar el destino de este hermoso país a través de nosotros, sus líderes.
Si tomamos en cuenta la situación actual, resulta muy fácil culpar a quienes dirigen al país, ya que definitivamente ellos también tienen responsabilidad. Pero hoy no hablaremos de quién tiene la culpa, sino de cómo puedo contribuir a que esta transformación ocurra.
John F. Kennedy dijo una vez “No te preguntes qué puede hacer tu país por ti, pregúntate qué puedes hacer tú por tu país”. Esta simple pero profunda frase explica la importancia de comprometernos no sólo con Guatemala, sino con cada una de las personas que la conforman.
El objetivo de hablar con las distintas áreas, es que cada una de ellas desde su esfera de influencia tome el liderazgo y haga algo por mejorar, no sólo la calidad de vida de los guatemaltecos, sino además construir el país próspero que todos los guatemaltecos se merecen.
En mi opinión, la transformación de Guatemala comienza por uno, comienza con ese pequeño granito de arena que cada uno de nosotros podemos aportar con nuestra actitud, con nuestra solidaridad y nuestro liderazgo.
Dejemos por un momento de buscar al culpable, hagamos una pausa en nuestra ajetreada vida y preguntémonos cuál puede ser mi aporte a esta transformación. Qué cambio, acción o comportamiento me comprometo a realizar con el objetivo de hacer una diferencia y cambiar el destino de mi país.
Quizás puedas pensar que tu acción no generará ningún efecto en la sociedad, pero si te comprometes a ejercer tu liderazgo inspirando a los demás a dar lo mejor de ti mismo habrás dado tu granito de arena.
Enfoquémonos en construir un mejor país, sin importar lo que haga o deje de hacer el vecino, desde nuestra área de influencia, por pequeña que sea; hagamos la diferencia.
La unión hace la fuerza.